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  • Siglo XV - Nace "El convento"
  • 1613 - Traslado "La Fresneda"
  • El tiempo
  • 1930 - Adquisición
  • 1999 - "Hotel El Convent"
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Nuestra Historia - Hotel & Restaurant El Convent 1613

Somos una familia del Matarraña que el año 1999 decidió cambiar el destino de sus vidas y emprender una nueva y arriesgada aventura.

La de abrir las puertas de este singular edificio para compartirlo con todo aquellos viajeros con ganas de descubrir los encantos de una zona tan maravillosa como es esta comarca.

Para ello contábamos con una casa familiar con más de cuatro siglos de historia, muchas ideas y, sobretodo, ilusión. Mucha ilusión.

Pronto nos pusimos manos a la obra, y tras mucho esfuerzo y tesón, conseguimos convertir los antiguos muros de piedra en sorprendentes guiños arquitectónicos que, a día de hoy, se han convertido en santo y seña de este gran proyecto. ¡Y es que fuimos capaces de convertir los restos olvidados de una iglesia en un atrevido patio acristalado que ha devuelto a la vida sus arcos y capillas!

El convento, construido en 1613, fue pasto de las desamortizaciones del siglo XIX, y con los cambios de propietarios también cambiaron los usos, y sus piedras entraron en una espiral de decadencia y desdoro. Tras decenas de lustros, lo que antaño fueran capillas de adoración y presbiterios, se habían acabado transformando en establos y corrales, y los claustros y jardines, en huertos y cultivos.

Un antepasado de la familia lo adquirió poco antes de la Segunda República, sobre 1930, para convertir la finca en el hogar de las siguientes generaciones. Y así sucedió durante el resto del siglo XX, pasando de abuelos a padres, y de padres a hijos.

Sin embargo, lo que el paso del tiempo no pudo llevarse al olvido fue el alma del convento. Pues, a pesar que durante decenios las pinturas y los capiteles se habían mantenido ocultos a mejor ventura, llegaría el día en que recuperarían su esplendor de antaño.

Así fue como sucedió que el convento reclamó reabrirse paso en la historia, y fue capaz de revelar a Mariano y a Ignacia que debía volver a la vida, que debía resurgir de sus restos para alzarse orgulloso a un nuevo designio.

Y esta es nuestra pequeña historia. Que casi acaba de empezar, y que deseamos sea larga y dichosa.

Somos Mariano, Ignacia, Ana Marta, Elena, Sara y Diana, y El Convent es nuestro hotel.